Torta de chocolate

Para alegrar el fin de semana pasado, me dispuse a darles una sorpresa a mis niños. Busque en la despensa lo que encontrara para hacerles una torta hechiza de su sabor preferido: el chocolate.

Encontre dos paquetes de mezcla para preparar biscocho de chocolate, un sobre para preparar cobertura de chocolate para cubrirla, otro sobre para preparación de relleno (crema chantilly de chocolate), un tarro grande de frutillas en conserva, mostacillas de colores y virutas de chocolate.

Cuando vieron todo el típico trajín de paletas, de moldes, de los demas ingredientes para armar esta "torta", mis niños se sintieron felices, pensaban que se iba a celebrar un cumpleaños sin festejado. Luego vinieron los olores de la cocción y finalmente el armado de la dichosa torta.

Luego de un rato ya todo estuvo listo.

Tenían su torta hechiza lista para devorarla.

Al verla así enterita, la torta se veía apetitosa, pero al cortarla y comenzar a comerla, uno la dejo casi por entero y el otro se la comio a duras penas. El más chiquitito (Rafael) comió la mitad. Y nosotros los mayores, nos comimos 2 trozos cada uno, porque sencillamente estaba buena.

Al acostarse, mis niños me confesaron que "no les gusto la torta". Diciéndome y repitiendome que no volvería a pasar por la experiencia de confección hechiza de este tipo, nos olvidamos del tema.

A la mañana siguiente antes de levantarme, lo primero que escuche en mi oido fue: "Mami, quiero torta". (linda frase, no??)

Fue así como la linda torta desapareció del mapa.

Conclusiónes:

• nunca cortes una torta inmediatamente después de acabar de hacerla.


• ojala, quede refrigerada de un día para el otro.


• a los niños, no obligarlos o comprometerlos a comer un trozo de ella, solo por partir la dichosa creación


• y por último, y no lo olvides por favor

¡NUNCA LES REVELES QUE ES UNA TORTA HECHIZA!

¿¿pensarías que esta delicia no cumpliría tus espectativas de deleite al comerla??